Estados Unidos y China se enfrentan a un largo camino antes de llegar a un acuerdo que ponga fin a la guerra de tarifas en la que están inmersas. Los dos países han vuelto a la mesa de negociaciones, pero todavía no han prosperado en los puntos más importantes. Después de la fría reunión que mantuvieron los dos presidentes durante la conferencia de los G20, se prevé una larga y difícil negociación.
Las dos economías más grandes del mundo están en medio de una guerra que ha provocado un incremento en las tarifas por ambas partes. Las relaciones diplomáticas han progresado y, durante la conferencia de los G20, los presidentes chino y americano acordaron un alto al fuego y volver a la mesa de negociaciones. Sin embargo, el mensaje enviado por el gobierno chino a través de la prensa internacional es que existe una posibilidad de acuerdo, pero que no está garantizada.
El gobierno estadounidense propone posponer la aplicación de tarifas adicionales a los productos chinos importados a Estados Unidos como parte de las negociaciones, pero todavía está todo en el aire.
El hecho de que los dos países estén de acuerdo en el 90 % de los puntos a negociar no es suficiente, ya que en el otro 10% la diferencia entre los dos es fundamental. Por esta razón, es extremamente difícil prever un acuerdo en el 100% de los puntos. Las diferencias son inmensas hasta en un nivel conceptual.
Huawei Technologies Co., la empresa más grande en la fabricación de equipos de redes de telecomunicaciones del mundo, representa un inmenso riesgo de seguridad para los Estados Unidos por su cercanía al gobierno chino. El gobierno americano está tratando de impedir su expansión en la próxima generación de tecnología, lo cual es sin duda un freno adicional en las negociaciones.
El ministro de relaciones internacionales de la República Popular China, Wang Yi, que participó en las conversaciones con EEUU sobre Huawai, considera que éste es un punto clave en las negociaciones para llegar a un posible acuerdo. Lo contrario, es decir, poner restricciones en áreas de tecnología, sólo aumentaría los problemas y provocaría pérdidas por ambas partes.
Por el momento, el cese de fuego es muy buena noticia para los negocios y los mercados. Pero ahora viene la parte difícil, conseguir el consenso en los puntos difíciles. Con dedicación y respeto mutuo podría encontrarse el camino para una resolución beneficiosa y sostenida para los dos países. Falta saber cuándo.