La Aduana de La Jonquera es, por su situación estratégica y sus particularidades, una mítica plaza en el tránsito de mercancías por carretera. El Tratado de Maastricht, en 1992, pronosticó tiempos difíciles para este puesto fronterizo, pero consiguió reinventarse y actualmente es el punto de descanso preferido para la mayoría de conductores de toda Europa.
El transporte de mercancías por carretera es capital en el comercio entre países, indispensable y mayoritario entre estados de la Unión Europea (UE) y terceros, principalmente por sus costes y agilidad.
La Aduana de La Jonquera es un punto clave en el transporte terrestre. La composición geográfica de la Península Ibérica, limítrofe con Francia por los Pirineos, sólo permite dos rutas para el paso de camiones, el paso de Irún, por el País Vasco, y el paso de La Jonquera.
En la Jonquera se conecta la autopista francesa A-9 con la AP-7 española, que discurre casi paralelamente con la antigua calzada romana, La Vía Augusta. La conexión entre las autopistas de los dos países permite que la circulación de camiones por La Jonquera sea continua y sin esperas gracias a los tres carriles en cada sentido.
La Jonquera es considerada punto fronterizo desde 1659, cuando el tratado de los Pirineos estableció en la Serra de l’Albera el puesto fronterizo entre las monarquías española y francesa. Desde entonces siempre ha sido así, excepto entre el año 1883 y la década de los años 20 del siglo XX, periodo en el que la aduana estuvo ubicada en el pueblo francés de Le Perthus.
El municipio está comercialmente orientado al público francés. La diferencia de nivel de vida entre el estado francés y el español hace que los precios en España sean más bajos en casi todos los artículos, alimentación, ropa, tabaco, gasolina, etc. Esta diferencia de precio le proporciona a La Jonquera un público potencial francés estimado entre seis y ocho millones de personas y dispone de centros comerciales, tiendas en el núcleo antiguo del pueblo, gasolineras, zonas de aseo y descanso para conductores.
El 31 de diciembre de 1992, con la entrada en vigor del Tratado de Maastrich, correspondiente a la libre circulación de personas y mercancías entre países de la UE, provocó que el 80 % de las agencias de aduanas se vieran obligadas a cerrar sus instalaciones, y el resto realizó dramáticas reducciones de plantilla.
Pero, La Jonquera se reinventó. Realizó en sus zonas de orografía plana adyacentes polígonos industriales destinados a equipamientos, zonas de entretenimiento, aseos, juego y ocio para adultos, con lo que consiguió convertirse en la zona preferida de los camioneros para realizar sus pausas, cargar gasoil y realizar sus trámites aduaneros en caso de ir a terceros países.
Además, el ayuntamiento proporcionó solares a coste cero a las empresas que se instalaran en sus polígonos industriales.
Más de 25 años después, el tiempo ha dado la razón a aquellos visionarios. La Jonquera es el punto de descanso preferido para la mayoría de los conductores de toda Europa y no existe otro con un equipamiento similar en todo el continente.
En la Aduana de La Jonquera se pueden realizar despachos terrestres, tanto de exportación como de importación, dispone de recinto aduanero y almacén donde realizar inspecciones de las mercancías de sanidad, Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones (SOIVRE), registro de cumplidos, revisión de placas y de mercancías dictados por los actuarios. Además, en el pueblo vecino de Vilamalla, a unos 20 minutos de La Jonquera, está habilitado el Puesto de Inspección Fitosanitaria (PIF), donde se realizan las inspecciones correspondientes a la exportación.
El horario de la aduana de La Jonquera, que está abierta también por las tardes de 16 a 18 horas y los sábados de 9 a 13 horas, es otro de sus valores diferenciales y un factor clave para la realización de los trámites aduaneros, agilizando las salidas y llegadas de las mercancías.
El trato personal de los trabajadores de las agencias de aduanas con los inspectores y funcionarios, así como con las fuerzas del orden que vigilan las diferentes instalaciones y realizan inspecciones aleatorias por inmigración ilegal y comprobaciones documentales, proporcionan también a este punto fronterizo notables beneficios y confianza a la hora de realizar los diferentes trámites o solucionar las incidencias que se producen en los despachos.
Por todo ello, la aduana de La Jonquera está considerada como una de las más resolutivas del estado español en absorción de trabajo, pese a sus dimensiones, en alza desde 1994.
La constante actualización de sus funcionarios y de los trabajadores de las dieciocho agencias de aduanas implantadas pronostica un crecimiento de este punto fronterizo en el futuro. Además, la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea multiplicaría su trabajo a realizar en trámites aduaneros tanto si sale con un acuerdo o, como país tercero, en caso de Hard-Brexit.